El lenguaje es un instrumento de comunicación y junto a la lengua es un objeto de estudio. Él es una expresión del pensamiento del hombre, y la lengua una estructura organizada sistemáticamente, un código que permite comunicar esos pensamientos.

Si no se domina al lenguaje como instrumento de comunicación que expresa el pensamiento, no se puede ejercer una acción lingüística coherente y eficaz. El lenguaje, instrumento de socialización, es también una forma de discernimiento a nivel individual. Por medio del lenguaje, el niño que empieza a hablar se adueña del mundo. Al nombrarlo lo comprende. El lenguaje es necesario al pensamiento pues le permite cobrar conciencia de sí, y el pensamiento hace al lenguaje y al mismo tiempo se hace por medio de él.

Los cambios producidos en el mundo actual, junto con las nuevas demandas y necesidades de la sociedad, obligan a un replanteo del estudio del lenguaje en función de su rol como instrumento de comunicación. Hasta la mitad del siglo actual, el conocimiento de la escritura aseguraba al hombre en gran parte su inserción en el mundo de la cultura letrada. Al mismo tiempo, nadie ponía en duda los valores de esa cultura. Hoy no basta con el conocimiento del sistema de escritura, ni aún con el manejo fluido y relevante de las competencias que ella provee.

Comprender la multitud de mensajes que atraviesa, evaluar la relevancia de la información que proveen, verificar su validez, es una de las competencias que se deben desarrollar en cualquier región del mundo, en cualquier etapa de la vida, para desempeñar cualquier profesión u oficio.

El usuario de la lengua debe saber quién emite el mensaje, a quién va dirigido, cuál es su intencionalidad, para qué se emite y, finalmente, comprender qué dice. Este entendimiento depende de todo lo anterior y, esencialmente del conocimiento del tema tratado, así como del contexto de emisión del mensaje. Dicha comprensión exige una serie de competencias que trasciende lo lingüístico, a la vez que lo abarca.

La base del cambio en el enfoque sobre las disciplinas del área está sintetizada así en la nueva mirada sobre el concepto de comunicación. Ya no se trata de describir el sistema de la comunicación, sino, de comunicarse. Los hombres interactúan, se comunican, expresan sus sentimientos y sus ideas. Lo hacen mediante diversos discursos organizados en distintos contextos y no mediante abstracciones. Usan códigos lingüísticos y translingüísticos y, cuando más los dominen, más eficaz será la comunicación que entablen.

Por lo tanto, el área de Lengua Castellana asume la educación como un compromiso y una responsabilidad, la cual debe pretender el crecimiento personal de cada estudiante, lo que implica una formación holística y en competencias que promuevan el desarrollo del potencial humano. Es así, como a través de los años se han adelantado diferentes proyectos, actividades y estrategias que han permitido dar respuesta a su objetivo principal y a su consolidación. Se resaltan los proyectos de investigación, innovación, de aula, transversales y actividades institucionales, así como los avances, retos, logros y dificultades propios del área.